lunes, 20 de junio de 2016

ZEPPOLE DI SAN GIUSEPPE CON DULCE DE MANZANA


El mes de junio, llega con toque dulce a Desafío en la cocina. Y además, con varias propuestas, y nuevas desafiadoras, que nos harán viajar a diferentes países. Pero vamos por partes, a mí me ha tocado viajar a Italia para preparar un dulce típico napolitano. La propuesta ha sido de Lidia, de Mis platos favoritos.
El Zeppole di San Giuseppe, es un pastel hecho con pasta choux y relleno con crema pastelera, que se prepara tradicionalmente el día de San José. Pueden hacerse fritos o al horno y se suelen rematar con una amarena o cereza confitada. Yo he optado por hacerlos al horno, rellenándolos con crema aromatizada con vainilla y para decorar los he asturianizado con untoque de dulce de manzana.


Para la pasta choux:

120 g de harina
100 g de leche
100 g de agua
80 g de mantequilla
4 huevos
10 g de azúcar
1 pizca de sal

Ponemos la leche, el agua, la sal, el azúcar y la mantequilla al fuego. En cuanto empiece a hervir, retiramos y añadimos la harina tamizada, mezclando con espátula. Volvemos a poner al fuego y removemos unos minutos más.
Dejamos que pierda un poco de temperatura y vamos añadiendo los huevos uno a uno, batiendo bien para introducirlos.
Ponemos la masa aún caliente en una manga con boquilla rizada y sobre una bandeja de horno forrada con papel, vamos formando pequeñas rosquillas.
Metemos al horno unos 20 minutos, a 180-190ºC
Dejamos enfriar sobre una rejilla


Para la crema pastelera:

250 ml de leche
2 cucharadas de azúcar
1 cucharada de maizena
1 huevo
1 vaina de vainilla

Mezclamos en un bol el azúcar, la maizena, el huevo y un poco de leche. Reservamos el resto de la leche. Abrimos la vaina de vainilla longitudinalmente, raspamos el interior con la punta de un cuchillo y añadimos tanto la vaina como la pulpa que hemos extraído a la leche que hemos reservado. La ponemos al fuego y antes de que empieze a hervir, la retiramos y tapamos dejando que infusione unos 10 minutos. Retiramos la vaina y vertemos la leche en el bol en el que hemos mezclado azúcar, maizena y huevo. Mezclamos bien con varillas y volvemos a poner al fuego, sin dejar de remover hasta que espese.
Vertemos en una fuente y tapamos a piel con film. En cuanto haya templado, reservamos en nevera.




Montaje:

Abrimos longitudinalmente cada pastel. Rellenamos con crema pastelera, tapamos y espolvoreamos por encima un poco de azúcar lustre.
Para decorarlos, usaremos una manga con crema pastelera y otra con dulce de manzana.  Ponemos un punto de crema en el hueco central de cada zeppole y rematamos con un poco de dulce de manzana en la parte superior.

Y ahora, os invito a visitar el blog de Desafío en la cocina, para ver el resto de elaboraciones de los participantes, porque hay sorpresas .... PINCHAD AQUÍ para descubrirlas







viernes, 10 de junio de 2016

BOQUERONES EN VINAGRE #nosvamosdetapasts


Este mes, en La Cocina Typical Spanish nos vamos de tapas. ¿Habrá costumbre más española que esa? Aunque no hay unanimidad a la hora de datar su origen, lo cierto es que la costumbre de acompañar con un pequeño bocado las bebidas de las tabernas, ha derivado en una de las tradiciones gastronómicas más arraigadas.
Dentro del amplio surtido de tapas,  yo he optado por hacer una de las más castizas: los boquerones en vinagre. Su origen, ni más ni menos, que utilizar el vinagre para conservar el pescado durante más tiempo.



Ingredientes:

500 g de bocartes (una vez limpios y sin espinas, se quedaron en 320 g)
485 g de vinagrelaureñ de vino blanco
160 g de agua
19 g de sal
4 dientes de ajo
1 hoja de laurel
Perejil
Aceite de oliva virgen extra

La elaboración es muy fácil, aunque nos llevará varios días. Lo primero, es limpiar los bocartes y quitarles la espina, dejandolos en filetes. Lo más recomendable es congelarlos durante 48 horas, de esa forma, nos aseguramos de eliminar riesgos con el temido parásito anisakis.
Pasado ese tiempo y con los filetes ya descongelados, mezclamos el vinagre, el agua y la sal, removiendo bien. Picamos en el mortero los ajos, un buen manojo de perejil y el laurel y lo añadimos al líquido. Ponemos los filetes en una fuente de cristal y cubrimos con la mezcla anterior. Tapamos con papel film y dejamos en nevera 48 horas.
Escurrimos los filetes, los secamos y los colocamos en un recipiente. Cubrimos con aceite de oliva y ya estarán listos para degustar.



Y después de probar unos boquerones, nada mejor que seguir tapeando. Pinchad aquí, para seguir la mejor ruta de tapeo, la de La Cocina Typical Spanish #nosvamosdetapasts

  
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martes, 7 de junio de 2016

PAN DE SODA


Hacer pan y rapidez no son sinónimos, pero como siempre hay una excepción que confirma la regla, hoy os traigo un pan que podeis preparar en muy poco tiempo porque apenas lleva amasado y no hay que dejarlo levar. Es el pan de soda irlandés, en el que la levadura se sutituye por bicarbonato. El otro ingrediente estrella es el buttermilk (ya sabéis, para entendernos aquí, tan simple como leche cortada). La reacción del ácido láctico de la leche, con el bicarbonato sódico, produce dióxido de carbono que hará crecer este singular pan, cuya miga queda esponjosa, similar casi a la de un bizcocho. La receta que he seguido es de Lorraine Pascale, únicamente he cambiado la harina integral de trigo, por centeno.


Ingredientes:

370 g de harina de fuerza
130 g de harina integral (yo la usé de centeno)
1 cucharadita de sal
1 cucharadita colmada de bicarbonato
1 cucharada colmada de miel
40 g de aceite de girasol
340 ml de leche entera
Zumo de medio limón

Empezamos haciendo el buttermilk: añadimos el zumo de limón a la leche, removemos y dejamos reposar para que se corte.

En una fuente ponemos los dos tipos de harina, la sal, el bicarbonato, la miel, el aceite y el buttermilk. removemos bien con una cuchara de madera para mezclarlo. Con las manos bien enharinadas, formamos una bola y la colocamos sobre la bandeja de horno forrada con papel de hornear. Con el mango de la cuchara de madera hacemos una cruz sobre la superficie del pan y metemos al horno a temperatura máxima unos 35 minutos.
Dejamos enfriar sobre una rejilla y a saborearlo. No dejéis de probarlo.